sábado, 21 de octubre de 2017

Dejar en la estacada

Durante la época medieval, se hizo muy comón el dirimir las disputas en el campo de batalla.
Montados en su caballo y ataviados con sus mejores armaduras, los caballeros simulaban un enfrentamiento guerrero en el que el único factor común con una guerra de verdad era la muerte. De esta manera, lanza y escudo en mano, cabalgaban en paralelo a una empalizada de madera que separaba sus territorios, hasta encontrarse y clavarse la lanza, de tal manera que el que tenía más fuerza y, sobre todo, más pericia, clavaba su lanza sobre el torso o cabeza de su adversario, de tal manera que lo hacía descabalgar y, en la mayoría de las ocasiones, también morir.

Aquella empalizada de madera, al ser construida a base de estacas, pasó a ser conocida como estacada. De tal manera, cuando alguno de los caballeros quedaba frente al otro, dentro de los límites de la estacada, quedaba completamente desamparado de ayuda y amparado solamente por su propia suerte.

De esta forma, hasta hoy ha llegado el dicho de "dejar en la estacada" cuando se dice que alguien ha sido abandonado a su suerte, sin ningún tipo de ayuda y solamente a merced de su propio ingenio o pericia.

jueves, 26 de enero de 2017

Edad del pavo

El pavo es un animal que tiende a la sobreexcitación, gusta de sacar pecho, hacer ruidos extraños y su cabeza torna en un color rojizo cuando inicia el cortejo. Su mayor característica, además, es la de mostrar su plumaje en forma de abanico cuando ha de reafirmarse como el rey del corral. Es sensible a los cambios y huye del entorno hostil porque su única misión es la de enriquecer su ego frente a quienes le rodean.

El niño, cuando alcanza la pubertad, tiende a la sobreexcitación, gusta de hacer el pavo, se altera ante cualquier cosa y se enrojece ante cualquier comentario porque se siente preso de la vergüenza. Le gusta llamar la atención, se avergüenza de su entorno familiar y se convierte en un rebelde sin causa rodeado de amigos mientras busca estar guapo frente a su amor platónico.

Es por ello que al adolescente se le compara con el pavo, en cuanto se convierte en una persona irascible, sensible a los cambios y frugal en cuanto a los sentimientos. Y es por ello que conocemos la pubertad o adolescencia como Edad del Pavo.