jueves, 19 de mayo de 2016

A la vejez, viruelas

Durante el siglo XVII comenzó a expandirse una enfermedad que afectaba a la gran mayoría de la población en edad infantil o juvenil. Dicha enfermedad se presentaba en forma de granos y pústulas que cubrían el cuerpo del enfermo hasta producirle una picazón insoportable. Dicha enfermedad se bautizó como viruela y bautizó, a su paso, a otro tipo de erupciones como podían ser las alérgicas o hasta el acné juvenil.

En 1824 se estrenó en el Teatro Español de Madrid, la obra del dramaturgo Manuel Bretón de los Herreros, "A la vejez viruela". En ella se contaba la historia de una pareja de ancianos que terminan cortejando a un par de jóvenes de las que se habían enamorado. Venía a decir el título de la obra que los dos ancianos venían a hacer lo que no habían hecho durante el resto de su vida, enamorarse perdidamente de alguien, poniendo la enfermedad como símil de que a la vejez tener sentimientos de juventud. Usando como símil una enfermedad, la viruela, que solamente se padece durante la infancia o pubertad.

A raíz de entonces, se popularizó el dicho "a la vejez, viruelas" cada vez que un hombre de edad adulta vivía una experiencia propia de un niño o un jovencito. Como en la historia de Bretón de los Herreros en la que dos ancianos se enamoran de dos jovencitas.